TEMPLO DE NUESTRA SEÑORA DE LOS REMEDIOS
HISTORIA
Fue en los inicios de nuestra ciudad cuando llegaron los tlaxcaltecas a generar un asentamiento a las orillas del río Almoloya o de San Francisco, motivo por el cual se le denominó a ese lugar Analco, que significa del otro lado del río; por lo que se dividió esta zona de acuerdo a ese tipo de organización en los llamados tlaxilacallis o pequeñas parcialidades de consanguinidad, y uno de estos fue el denominado Tepetlapa que significa “sobre el cerro”, el cual fue creciendo y pronto llegó a ser un barrio que se sintió separado del de Analco. Por aquí se encontraba el camino real que venía de Veracruz debido a lo cual en 1560 Francisco Díaz de Vargas, regidor, concedió un terreno para construir una ermita para viajeros; esta es la versión histórica.
Sin embargo, la tradición nos cuenta que había una panadera que tenía mucho éxito, y entre sus clientes había un español que apodaban el «gachupín» el cual con el tiempo le quedó a deber una cierta cantidad de dinero, por lo que buscando evitar a la justicia él mismo le ofreció una escultura de Nuestra Señora en la advocación de los Remedios, imagen traída de España, de esa forma el adeudo quedo saldado; la panadera colocó la imagen en su casa y le mandó a hacer unos vestidos.
Mientras, los indígenas de Tepetlapa se dieron a la tarea de construir una capilla dedicándola al Apóstol Señor Santiago el Mayor, por lo que contrataron a un ingeniero para ejecutar la efigie que estaría montada en un corcel; al recibirla organizaron las festividades para inaugurar el templo, pero lamentablemente no tenían buenas relaciones con los otros barrios, así que solicitaron a la panadera les prestara la imagen para encabezar una procesión con este mismo motivo y ella accedió colocándose la imagen de la Virgen de los Remedios junto a la del apóstol Santiago; la panadera advirtió que ya no le quería devolver su imagen pues era muy bella y milagrosa por lo que puso como condición que entonces se convirtiera en la patrona del templo; después de haber obtenido una respuesta positiva de la mayoría se aceptó y olvidaron entonces a Santiago Apóstol; sin embargo como anotación importante recordemos que Hernando de Villanueva ya le había dedicado un templo a Ntra. Sra. de los Remedios en 1555 (tríptico # 1). En realidad no se sabe cuándo se demolió la antigua ermita para hacer este templo, sin embargo para el siglo XVIII ya contaba con un atrio que más tarde se volvió cementerio.
Para la ornamentación se mandó a hacer un retablo dorado y en la parte central, en un nicho se colocó la imagen de la V. de los Remedios. En un altar lateral se encontraba una imagen de Jesús Nazareno y más adelante, una capilla de Nuestra Señora de la Candelaria a quien de acuerdo a la tradición los campesinos presentaban sus semillas para que fueran bendecidas.
En el sitio de 1862 lamentablemente el interior del templo se alteró pues se utilizó para contener a los invasores franceses y según se cuenta el Gral. Zaragoza mandaba sus instrucciones desde este templo; años después se reconstruyó.
Posteriormente el atrio fue convertido en jardín público y se le llamó Miguel Negrete.