Viajar es una experiencia verdaderamente única, aunque esto no significa que con ello debemos descuidar la salud. Por ello, te presentamos 5 tips excelentes para tener una buena alimentación en tus viajes.
Todo mundo sueña con viajar alguna vez en su vida. Conocer los maravillosos lugares que la naturaleza tiene para ofrecer, las imponentes construcciones que la humanidad ha desarrollado a lo largo de su historia y el mismo hecho de adentrarse a culturas completamente distintas, donde las personas comparten ideologías a las que normalmente estamos acostumbrados es, sin duda una experiencia inolvidable que debemos disfrutar al máximo, digan lo que digan.
Sin embargo, esto también puede resultar un poco contraproducente, al menos cuando hablamos en términos de salud, y es que por lo general, los viajes hacia nuevas tierras vienen acompañados de comida; muchísima comida; un pecado que pocas veces podemos evitar pero que sin duda pueden arruinar por completo nuestro estilo de vida.
Y aunque es cierto que disfrutar de los placeres culinarios de las diferentes culturas no debería suponer problema alguno, lo cierto es que muchos nos dejamos llevar, olvidándonos de la disciplina y lo importante que es no excederse.
Y pensando en ello, hemos preparado este artículo en donde te compartimos 5 excelentes consejos que te ayudarán a mantenerte en forma durante tus viajes, para que puedas disfrutar tus vacaciones al máximo y sin tener que sacrificar cualquier aspecto importante de tu vida, en este caso, la salud.
- La organización es la clave
Primero que nada, debemos tener en cuenta que las vacaciones no comienzan una vez llegados al destino, sino que estas inician desde el momento en el que emprendemos el viaje. Ya sea que nos transportemos en avión, autobús o vehículo propio, hay que tener presente que, dependiendo de la distancia recorrida, existe la posibilidad de que vayamos a necesitar algún alimento para mantener las energías o simplemente para combatir el hambre.
En el caso de los aviones, aunque estos suelen servir comidas en viajes largos, las preparaciones no siempre suelen ser las más saludables, y algo más, por no decir nada acerca del sabor. Para prevenir un desbalance en la dieta, lo más recomendable es estar preparados e incluir unos cuantos snacks desde casa y así tener algo con qué llenar el estómago durante el recorrido. Algunas ideas de lo que podemos empacar para ello, es:
- Un paquete de frutos secos como almendras o nueces
- Frutas deshidratadas
- Frutas frescas
- Un emparedado
- Algún postre saludable como el pudín de Chía y calabaza
- Respeta tus horarios de comida
A veces puede ser complicado, especialmente porque nos movemos de un lado a otro conociendo las diferentes atracciones que los destinos turísticos tienen para ofrecer. Sin embargo, lo importante, tal y como se menciona en el primer punto, es mantener una organización adecuada.
Si bien no es necesario tener que trazar una agenda para programar todas nuestras comidas, al menos deberíamos hacer un pequeño esfuerzo para tratar de comer a las horas que normalmente lo hacemos cuando estamos en casa.
Hay situaciones en lo que esto puede ser imposible, especialmente si estamos haciendo algún recorrido por la zona y nos cuesta llegar hasta el lugar donde nos hospedamos para ingerir algún alimento. Para estos casos podemos hacer alguna pausa y visitar algún restaurante y pedir algún platillo, siempre y cuando este sea balanceado, o bien, llevar con nosotros algún snack saludable para no dejar pasar por alto la comida correspondiente.
La importancia de esto se debe a que como humanos, tenemos la costumbre de que si nos saltamos alguna comida, a la siguiente es muy probable que nos demos algún atracón en el que la ingesta calórica puede subir excesivamente, debido a que pensamos que como no hicimos la comida anterior, entonces habrá que compensar. Grave error que no siempre termina con los mejores resultados.
- Evita las comidas rápidas
Otro error frecuente que la mayoría de los viajeros suele cometer es que se enfocan mucho en conocer el mayor número de sitios cuando ya se encuentran en su destino, olvidándose de la comida casi por completo. Cuando el hambre ya es lo suficientemente grande como para ignorarla, lo primero que estos suelen hacer es acudir al restaurante de comida rápida más cercano para llenar el tanque y partir nuevamente.
Algunos de estos restaurantes ya ofrecen opciones como ensaladas césar o versiones light de sus principales productos, pero lo cierto es que la calidad nutricional de estos siempre está en duda, por lo que a ser posible, lo mejor es evitar este tipo de lugares.
Nadie duda que comerse una hamburguesa con papas fritas y un refresco de vez en cuando no tiene nada de malo. El problema radica en que durante el tiempo de vacaciones, esto puede volverse una costumbre de la que probablemente nos cueste salir, incluso una vez hayamos regresado a los hogares a seguir con nuestro estilo de vida habitual, así que mucho cuidado.
Lo mismo pasa en los restaurantes donde se tiene un mayor control sobre los alimentos que se sirven. Aunque estos suelen prepararse con ingredientes frescos, en la mayoría de los casos vienen acompañados con aderezos hipercalóricos para potenciar el sabor de los platillos. Las ensaladas mil islas, ranch, aderezos blue cheese, salsa alfredo, son acompañantes muy frecuentes en ensaladas y pastas que aportan muchísimas calorías, por lo que de ser posible, se recomienda altamente sustituirlos por opciones más saludables como las vinagretas o los aliños (el pesto, por ejemplo).
- Cuidado con las bebidas calóricas
Las caminatas largas suelen ser muy comunes durante los viajes, especialmente cuando se trata de conocer ciudades con muchos atractivos en los que vale la pena llegar a pie. Claramente, el movimiento constante también requiere de una mayor hidratación y muchas veces, esta suele suplementarse con el uso de bebidas isotónicas comerciales que si bien ayudan a calmar la sed y reponer los electrolitos, también cuentan con cantidades excesivas de azúcar y aditivos que no son nada recomendados para la salud.
A continuación te compartimos esta receta con la que puedes preparar tu propia bebida isotónica con ingredientes que seguramente tendrás a la mano o que puedes conseguir fácilmente, sin importar el lugar en el que te encuentres:
- 500 ml de agua purificada
- 1 cucharadita de sal marina en grano
- 1 cucharadita de bicarbonato de sodio
- El zumo de una o dos naranjas (o cualquier otro cítrico a elegir)
- 1 cucharada de miel para endulzar
Solamente mezcla todos los ingredientes en un vaso y listo, ya estarás listo para seguir tus recorridos sin preocuparte por la hidratación o las calorías consumidas. El agua por sí sola también ayuda, aunque esto ya dependerá mucho de la cantidad de líquidos y minerales perdidos durante los recorridos.
Otro punto a tener en cuenta son las bebidas alcohólicas que son muy frecuentes en los períodos vacacionales. Si vas a beber hazlo con moderación y trata de que no se vuelva un hábito constante, ya que esto agrega muchas calorías a tu organismo, sin mencionar sobre los perjuicios que la ingesta excesiva de alcohol trae para el cuerpo.
- Todo con medida
Tal vez parezca a slogan de advertencia en los cortos publicitarios de las empresas cerveceras, pero lo cierto es que tiene mucho sentido.
Si bien las vacaciones son el momento perfecto para relajarse, divertirse y disfrutar de la vida misma, esto para nada significa que sólo por eso habrá que seguir un ritmo de vida descontrolado, ya que esto, sin duda alguna puede resultar tan gratificante que regresar a un estilo de vida saludable resultará muy difícil.
Por eso, ante todo: eat well, stay healthy!
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