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Reseña de "Cuentos de un minuto".

István Örkény fue un dramaturgo, novelista y cuentista húngaro que vivió entre 1912 y 1979. Saltó a la fama gracias a sus Cuentos de un minuto, un “experimento literario” que pretendía reducir el cuento a sus componentes básicos y quedarse con lo esencial. A raíz de esto, sus cuentos suelen tener pocas líneas. La extensión de los cuentos va desde las tres páginas hasta un párrafo por lo que, ciertamente, pueden ser leídos en unos cuantos minutos. Muchos de estos cuentos están recopilados en el libro que aquí reseñamos.

La gran mayoría de sus relatos tienen lugar en Hungría durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Esto se vuelve más comprensible si tomamos en cuenta que el escritor István Örkény fue soldado del ejército, prisionero de guerra y miembro del partido comunista, experiencias que le agregan un valor histórico a la obra.

La temática de los cuentos es muy variada y, aunque resulta difícil categorizar cada uno de ellos, podríamos decir que hay tres tipos de relatos en la recopilación: los de conversación, en donde los personajes sostienen un diálogo sin sentido aparente; los de situación, en los cuales se cuenta un suceso, circunstancia o una anécdota en concreto; los de reflexión, que, a través de un monólogo interno o narración, ofrecen un pensamiento, un punto de vista o una visión de las cosas.

Los cuentos poseen un estilo propio de la literatura del absurdo, caracterizado por carecer de significado; tiende a ser incoherente, disparatado e ilógico. Aun así, a través de su humor logran cuestionar a la sociedad y al hombre.

La mayoría de los relatos, en su incoherencia, resultan hilarantes mientras que otros son algo más trágicos. En muchos de ellos se pueden detectar elementos que asemejan al Realismo Mágico, ocurriendo a menudo situaciones bizarras y extraordinarias que resultan indiferentes a la sociedad en general, siendo tratadas como normales por los personajes.

La ventaja de los Cuentos de un minuto reside en su brevedad. Estos pueden ser leídos mientras uno viaja en autobús, mientras aguarda su turno en una fila o espera por alguien que llegará tarde. Los cuentos no exigen tanta atención como las obras clásicas de la literatura y al ser auto-conclusivos no es necesario recordar un gran repertorio de personajes o una secuencia de acontecimientos muy elaborada.

Cabe destacar que ciertos cuentos pueden resultar en algunas partes muy absurdos e ininteligibles, volviendo su compresión, más que difícil, innecesaria. Sí, estos tienen ciertas metáforas que necesitan mayor atención, pero hay otras líneas que no poseen sentido alguno. Eso es parte del espíritu absurdo y satírico del libro. Si el texto no ha quedado claro tras una segunda lectura, lo más adecuado es pasarlo de largo y reanudar el relato. Como advierte el propio libro en sus instrucciones de uso: “Si tampoco lo entiende en esa oportunidad, el defecto debe ser del cuento”. Aun así, casi todos los cuentos son entendibles y resulta una lectura bastante amena.

 

→Éste y otros libros están disponibles en la Sala de lectura UPAEP. Búscanos en el cuarto piso del edificio "D" (idiomas).