Es interesante ver los rostros del público cuando al finalizar la obra, Ismael Corona comparte que dos de los compañeros- el Sencillo y el Cucharas- están a días de recobrar su libertad y decidir cómo continuar; y al mismo tiempo que todos en la sala nos alegramos, lo escuchamos afirmar: “Cada quien elige su cárcel”. Y es que sí, la prisión puede llegar a ser física, pero inicialmente es un estado mental. ¿Alguna vez te has preguntado cuál es tu prisión?
Revisitar a Shakespeare y ser partícipes del trabajo de la Compañía de Teatro Penitenciario no es un ejercicio de morbo, por el contrario, es la constatación de un proyecto maravilloso, en el que los integrantes se convierten en profesionales, dado su compromiso al asumirse como actores de teatro y de su propia vida con todo lo que ello implica, abriendo así, una posibilidad de sustento económico para sí y sus familias.
Cabe mencionar que la labor de la Compañía también ha dado pie al Centro Cultural Autogestivo “El 77”, donde Valeria Lemus, actriz y gestora, junto a varios integrantes, continúan su vida a través de diversas actividades y compartir de saberes.