Arte, sociedad y esperanza
la labor social de los colectivos artísticos
"Los espejos se emplean para verse la cara; el arte para verse el alma."
George Bernard Shaw
Una de las maravillosas cualidades del arte es su versatilidad, de tal modo que, desde su aparición en la Antigüedad, ha cumplido
diversas funciones en la vida del ser humano, siendo una de las más importantes la expresión sublime de los pensamientos y sentimientos de los artistas.
De esta forma, grandes obras de arte pictóricas, arquitectónicas, dancísticas, musicales, teatrales o literarias –entre otras- han servido como
un vehículo que los artistas utilizan para reflejar, hacia la posteridad, las condiciones de su época a la vez que transmiten mensajes importantes
o íntimas emociones que ellos plasman en sus distintas obras; incluso, a través del uso de símbolos de todo tipo, los artistas han sido capaces de codificar
contenidos delicados cuyos significados quedan ocultos para los neófitos e ignorantes, transformando a la obra de arte en sí misma en una suerte de “misiva” únicamente legible para aquel o aquellos a quienes va dirigida.
Pero el arte no está limitado solo a la expresión única del alma de los artistas, también tiene un rol fundamental para el desarrollo de las sociedades y,
mientras de una forma sirve como registro histórico y anímico de la Humanidad, actualmente se utiliza con fines más prácticos, tangibles e inmediatos.
Desde hace varias décadas han surgido en muchas ciudades del mundo diversos grupos artísticos cuya finalidad es ayudar a la transformación y progreso de la
sociedad en diferentes sectores, la mayor parte de las veces, los más vulnerables.
En este sentido los artistas se han unido en colectivos, es decir, asociaciones artístico-sociales que pueden tener una diversidad casi infinita de misiones,
objetivos y medios. Así, encontramos colectivos dedicados a la enseñanza, a la atención de sectores marginados, prevención de adicciones, promoción de la salud tanto
física como psicológica, diversificación de las habilidades laborales, etc.
De este modo la revista INcultura se transforma en este número en un escaparate en el cual diversos colectivos artísticos, que trabajan principalmente en la
ciudad de Puebla, comparten el trabajo que realizan a través de quehaceres tan diversos como las artes visuales, la danza o el tejido, entre muchas otras.
Dirigidos siempre por artistas comprometidos, estos colectivos están a su vez conformados, también, por toda suerte de personas interesadas en enriquecer e
incluso sanar su vida a través del arte.
Loable labor es esta de los colectivos, por lo que esperamos que el presente número de INcultura sirva como medio de difusión para tan nobles empresas, suplicando
a nuestros amables lectores que compartan estos contenidos con cualquier persona conocida pues es únicamente a través de la extensión del conocimiento sobre estos grupos
como pueden crecer y consolidarse en una sociedad cada vez más necesitada del toque de esperanza que el arte ha transmitido desde tiempos inmemoriales.
“No es necesario creer en lo que dice un artista, sino en lo que hace”.
David Hockney